Haciendo uso de mi carrera universitaria y en agradecimiento a aquellos profesores que nos hacen pensar y no solo se dedican a mandar tochos para memorizar, he decidido compartir mi reflexión acerca de los materiales didácticos en el aula con vosotros. La problemática surge de un conflicto entre los materiales didácticos y la metodología, y esto es lo que yo pienso.
Los
materiales didácticos han estado presentes a lo largo de la historia de la educación. Desde antes de Comenius y Pestalozzi, pasando por
Decroly, Montessori, Dienes y otros muchos hasta la actualidad.
Como
bien afirma Área, "el material didáctico es un mediador entre el profesor y el
alumno y entre los contenidos y el aprendizaje". Los materiales didácticos
constituyen un medio físico, contenedores de objetos mentales y abstractos,
para hacerlos concretos y visibles a los alumnos y que una vez hayan
comprendido ese conocimiento puedan extraerlo y desvincularlo del material para
entenderlo de forma mental y abstracta.
Puedo llegar a la conclusión de que en cualquier caso, no es tan importante el
material en sí, sino el conjunto entre “material-contexto” de la situación que
requiere el uso de éste.
Los
materiales didácticos no suponen una alternativa a la metodología tradicional y
aburrida a la que hemos estado acostumbrados tantos años atrás. El determinado
uso que se haga de los materiales didácticos, atendiendo al contexto de la
situación, supondrá una alternativa a esa metodología tradicional y aburrida.
No es tanto el qué (qué utilizar), sino el cómo (cómo utilizarlo), aunque es
evidente que ambos son importantes y van de la mano.
Un
ejemplo. Una pizarra digital está considerada como un recurso didáctico
motivador y alternativo a la metodología tradicional. Una pizarra digital no
posee los atributos innatos de la motivación e innovación en sí misma. Es algo nuevo a lo que no estamos
acostumbrados, sí, y eso lo hace atrayente, pero no motivador en todos sus sentidos. Una pizarra digital puede llegar a convertirse en un
libro de texto si el uso que se hace de ella no es el adecuado y propicio para promover la motivación y el interés del alumnado.
Sabemos
qué tenemos que hacer, pero tenemos que saber "cómo", para que ese “qué” de resultado. “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo
aprendo” Benjamin Franklin.
Os animo a que leáis los siguientes artículos y reflexionéis sobre ello.
Os animo a que leáis los siguientes artículos y reflexionéis sobre ello.
- Enseñanza
XXI, ¿más de lo mismo? (Jordi Adell)
- De los libros de texto a
los contenidos digitales: ¿cambio pedagógico o cambio de modelo de negocio? (Manuel Area)
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